Entradas

Mostrando entradas de 2014

Sé que vas a ser feliz

Fabrico un caballo para vos solo y te veo ir.  Tu espalda con el bolso que te preparé. Primera estación: el campo. Los tilos, el follaje, el cielo. Ahí te levantás a la mañana y dormís a la noche. Por la tarde caminás y te sigue un perro. Esas cosas sencillas. Durante un paseo, sentís que ese caballo fue tuyo alguna vez. Jinete, dejás el campo cada vez más atrás. En el camino, hacés cosas de día y dormís cuando oscurece. Eso aprendiste. Llegás a una ruta en la que ves flechas hacia todos lados. Sabés que no importa porque decidirá el caballo. Vacas, una estación de servicio, carteles de publicidad, un hotel. En medio de la ruta, entrás a una cabina de teléfono mientras llueve – el ruido sobre el vidrio, las gotitas se deslizan - , marcás mi número y me decís: estoy bien. Yo   imagino tu sonrisa mientras ves al caballo desde ahí, detrás del vidrio, detrás de las gotitas. Te subís al Chevrolet que está abandonado en el playón del bar. El bar de ruta en el qu

Eh. Uf. Yo.

Eh. Uf. Yo. Mirá. Quería decirte que yo. Quería. Yo quería decirte que. Porque en realidad. Mirá. En realidad yo. Es que yo desde que. Ojalá me entiendas porque yo realmente quiero que. No puede ser tan difícil, es muy. ¿Qué pensás si? Porque es una cuestión de. Y si yo no soy clara es porque. Y vos también tenés. No, no, no. Esperá un. Porque tengo como un. Que no me deja. Me quedo sin. Hablame. Hablemos porque yo no. Vos podrías hacer que. Vos. No, vos. Vos. Si no me dejaras. Si me dejaras. Porque yo necesito que.  Yo puedo así. Pero así no. Y así sí. Y vos podés así. Y así no. Todo está bien cuando. Yo te juro que. Yo solamente. La tranquilidad. Yo si no estoy tranquila.   Mirá. Te quería. Te quiero decir.  Eh. Uf. Yo. Porque al final. ¿No? Bueno, sí. Voy a. Te digo algo que. Yo, yo, yo. Mirá, mirá, mirá. Hagamos así porque si no es. Si yo hablo sin, pienso en, gesticulo con, me

Mary, voy a bailar por vos

A Mary. El marido bailaba tango y, ay, era tan buen mozo. Tenía cinco trajes: dos grises, dos azules, uno cruzado y uno abierto de cada color y ah, cómo le gustaba el cruzado. Y después uno más viejito. Veinticinco camisas. Y qué lindo el tango: giros, sacadas, ganchos pero por abajo, en esa época por el piso, no como ahora que las chicas levantan las piernas todo por el aire. Con que la sacaran  a bailar un tango, un vals y una milonga, ella estaba bien y se iba a su casa lo más de contenta pero no, en esa época las mujeres no podían invitar al hombre, esperaban el cabeceo. Y a él lo conoció bailando y bueno, él murió.  Hace tres años.  Y recién ahora empiezo a reponerme, dice con los ojos que le brillan.  Yo la escucho e intento esconder una emoción que sube y me desarma la respiración. Tres años, casi, hace que yo me separé y con todo lo que me costó me imagino usted... Me siento una tonta, cómo voy a comparar...  Me pone una mano en la espalda. Nena, me dice, te entiendo,

Una casa fucsia cerca del agua

Imagen
En cualquier momento armo un bolsito con las dos o tres cosas que tengo más todos los libros y me voy a una casa fucsia cerca del agua. Forjaré un acento bien latinoamérica, diré "fockin", me haré de una guayabera en una tienda en la que una señora hablará "chorradas" y escribiré comedias aptas para todo público. Desayunaré huevos fritos y café bajo una palmera, cerca de algún Flamingo Hotel. Y seré feliz para siempre.